La dependencia de la escultura gótica frente al soporte arquitectónico continúa siendo muy importante, como en el periodo románico, aunque se producen algunos cambios: los capiteles dejan de ser un espacio preferente para los relieves; las arquivoltas de los pórticos pasan de ser decoradas en sentido radial para serlo en el sentido de los arcos (ahora apuntados); el altar mayor pasa a acoger retablos cada vez más complejos, que pueden ser pictóricos o escultóricos (habitualmente de madera policromada, no hay que olvidar que la policromía acompañaba también a la escultura en piedra). Las esculturas de bulto redondo empiezan a independizarse de las paredes y a hacerse cada vez más autónomas. Las adosadas a las columnas y parteluces se hacen más esbeltas y dinámicas. Se considera a las del pórtico oeste (el llamado real) de la catedral de Chartres (hacia 1145) el ejemplo más temprano del gótico, y significaron una revolución en el estilo y un modelo para generaciones de escultores, que parecen provenir de la región de Borgoña.
La expresividad cambia, haciéndose menos hierática y más expresiva, reflejando sentimientos (dolor, ternura, simpatía), acentuando la tendencia del último románico (por ejemplo el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela), y en coincidencia con una nueva mentalidad, más urbana y próxima a los conceptos filosóficos de hombre y naturaleza en la filosofía escolástica y la renovación de la espiritualidad (herejías medievales, San Francisco de Asís). En concreto la representación de las distintas escenas de la vida de Cristo se hacen desde una perspectiva más humana, con el fin de acercarlo a la experiencia vital de cada fiel: desde el Nacimiento hasta la Crucifixión. La representación de la Virgen María, sola o con el niño (como Madre de Dios o Theotokos), suele hacerse más femenina y maternal, mientras que en el románico solía reducirse a un mero trono donde Cristo se sienta para gobernar al mundo.
Todo lo anterior podría decirse igualmente de la pintura de su época (ambas artes plásticas son en gran medida coincidentes, en ambos casos limitados al arte figurativo). En cuanto a la temática de ambas, sigue siendo casi exclusivamente religiosa, aunque es posible encontrar algunas manifestaciones que no lo son del todo, como retratos, paisajes... a diferencia del románico, en que el monopolio de la temática religiosa es aún más claro. En Alemania aparecerá por primera vez desde la Antigüedad clásica una escultura ecuestre de bulto redondo, el Jinete o Caballero de Bamberg (1240, catedral de Bamberg).
En cambio, el arte cisterciense, una de las corrientes espirituales y estéticas que representan la esencia del gótico inicial (basada en las ideas de Bernardo de Claraval), es un movimiento casi iconoclasta, pues rechaza la utilización de esculturas y pinturas en los monasterios (aunque las justificaba en las parroquias).
miércoles, 13 de abril de 2011
Pintura Gótica en España
La arquitectura gótica sustituyó los muros por ventanales, lo que dificultó seguir pintando murales en las paredes de las iglesias, como se hizo en el románico. En cambio, surgió el arte de las vidrieras. La pintura gótica se fue desplazando hacia los retablos, pintándose en madera al temple, esto es, usando huevo o cola como aglutinante. Ya en el siglo XV se difunde la pintura al óleo.
En España, la llegada de la pintura gótica significa una mayor independencia de ésta respecto a la arquitectura, así como la diversidad de temas y formas. Se produce un predominio de lo pintoresco, con la aparición de los primeros paisajes. El dibujo se vuelve minucioso y detallista.
Se desarrolló a lo largos de los siglos XIV y XV.
Se diferencian cuatro fases.
Se inicia en el siglo XIII y predomina hasta mediados del siglo XIV.
Es una pintura de tendencia dibujística; se concede especial importancia a las líneas del dibujo. Los temas son de un naturalismo ingenuo.
En España las vidrieras se reducen, prácticamente, a algunas de la Catedral de León. En cambio, sigue produciéndose pintura mural. Se cultiva, asimismo, la pintura sobre tabla y las miniaturas.
En España, la llegada de la pintura gótica significa una mayor independencia de ésta respecto a la arquitectura, así como la diversidad de temas y formas. Se produce un predominio de lo pintoresco, con la aparición de los primeros paisajes. El dibujo se vuelve minucioso y detallista.
Se desarrolló a lo largos de los siglos XIV y XV.
Se diferencian cuatro fases.

Se inicia en el siglo XIII y predomina hasta mediados del siglo XIV.
Es una pintura de tendencia dibujística; se concede especial importancia a las líneas del dibujo. Los temas son de un naturalismo ingenuo.
En España las vidrieras se reducen, prácticamente, a algunas de la Catedral de León. En cambio, sigue produciéndose pintura mural. Se cultiva, asimismo, la pintura sobre tabla y las miniaturas.

jueves, 7 de abril de 2011
El Arte Gótico
El arte gótico es el que corresponde a la Baja Edad Media. Es un período dinámico desde el punto de vista socioeconómico, muy variado, con intensos contactos con Oriente a través de las cruzadas y las rutas comerciales, la burguesía nace en las ciudades.


Arte Gótico en Castilla y León
Las catedrales del siglo XIII de estilo gótico
"Gótico" es un término peyorativo empleado desde el Renacimiento por el historiador italiano Giorgio Vasari, para caracterizar el arte medieval situado desde el fin del Imperio Romano de Occidente y el propio Renacimiento.
Según esta denominación, el arte gótico sería el arte de los godos o de los bárbaros, en contraposición al arte sabio clásico.
Afortunadamente, desde el romanticismo del siglo XIX, el arte gótico se considera una de las manifestaciones más sublimes de la arquitectura de todos los tiempos.
El gran arte gótico nació en Francia en la segunda mitad del siglo XII. Tradicionalmente se considera su inicio en la reconstrucción del coro de la iglesia abacial de Saint-Denis. Pronto las grandes fábricas góticas prosperan con rapidez en Chartres, Bourges, Paris, Reims
La orden del Císter fue la que creó y difundió el nuevo estilo, tras la reconstrucción de la abadía de San Denis por el abad Suger. Era una arquitectura sobria, austera y luminosa.
El gótico se caracteriza por la verticalidad y la luz, que es el reflejo de la divinidad. Su expresión más típica es la catedral, en la que encontramos todos los elementos del arte gótico.
Utiliza un nuevo tipo de arco y de bóveda: el arco ojival y la bóveda de crucería, lo que posibilita un muro diáfano que se recubre con vidrieras. Los rosetones son el marco privilegiado de las vidrieras de colores.
Predominan las plantas de cruz latina en las que se distingue: la cabecera, el crucero y las naves, de tres a cinco. La cabecera tiene girola y capillas radiales. La nave central y el crucero son más anchos y altos que las laterales.
Aparece el pilar fasciculado, que tiene el fuste formado por varias columnillas delgadas (baquetones). En el edificio gótico se necesita un sistema de contrapeso adicional: los arbotantes.
Es la época de la bóveda de crucería, que permite cubrir espacios rectangulares a mayor altura. Está formada por dos arcos (nervios) que se cruzan en la clave. El resto de la superficie se cubre con plementos.
Las vidrieras se organizan en tracerías. Cada vidriera posee un armazón de hierro y un emplomado.
La portada se revaloriza. En ella se colocan las torres y las puertas. La fachada típica tiene forma de H. Está formada por dos torres cuadradas, rematadas con un elemento piramidal. Poseen tres niveles: la portada de entrada, los ventanales y el rosetón.
En el alzado de la catedral se distinguen tres partes: la arquería, el triforio y el claristorio o ventanales.
Además de las catedrales adquieren importancia otros edificios civiles. Se levantan el ayuntamiento, las lonjas, sin dejar de construirse castillos y fortificaciones militares.


Las catedrales del siglo XIII de estilo gótico

Según esta denominación, el arte gótico sería el arte de los godos o de los bárbaros, en contraposición al arte sabio clásico.
Afortunadamente, desde el romanticismo del siglo XIX, el arte gótico se considera una de las manifestaciones más sublimes de la arquitectura de todos los tiempos.
El gran arte gótico nació en Francia en la segunda mitad del siglo XII. Tradicionalmente se considera su inicio en la reconstrucción del coro de la iglesia abacial de Saint-Denis. Pronto las grandes fábricas góticas prosperan con rapidez en Chartres, Bourges, Paris, Reims
miércoles, 6 de abril de 2011
Tipos de Bovedas
Una bóveda es una obra de mampostería o fábrica de forma curva, que sirve para cubrir el espacio comprendido entre dos muros o una serie de pilares alineados.
Es una estructura muy apropiada para cubrir espacios arquitectónicos amplios con piezas pequeñas. Su geometría puede ser de simple o doble curvatura. En edificaciones modernas el término se aplica a estructuras de cubiertas curvadas, en las que el espesor es muy pequeño comparado con el ancho y el largo, también denominadas cáscaras o cascarones.
Tanto en las antiguas bóvedas como en las modernas la solicitación predominante en sus elementos es de compresión. Sus tensiones se asemejan a las de un arco, o un conjunto de arcos conformando una superficie.
Los materiales empleados en su construcción pueden ser de piedra, llamados dovelas, ladrillo, acero, hormigón armado, etcétera. Las dovelas pueden ir aparejadas "a hueso", esto es, sin trabazón, aunque lo habitual es que se unan con un material aglomerante o mortero.
En la Historia de la Arquitectura las bóvedas, de ladrillo o piedra, tuvieron un papel preeminente en la edificación que han perdido con la generalización de las técnicas y materiales de construcción modernos: primero el acero y después el hormigón armado han posibilitado edificaciones adinteladas de grandes luces, antes sólo abovedadas.
No obstante, las bóvedas de hormigón armado son utilizadas profusamente en ingeniería civil para construir galerías, túneles, cubiertas de grandes luces y, en general, todas aquellas obras donde los elementos trabajando a flexión resultan desventajosos desde un punto de vista técnico y económico


Es una estructura muy apropiada para cubrir espacios arquitectónicos amplios con piezas pequeñas. Su geometría puede ser de simple o doble curvatura. En edificaciones modernas el término se aplica a estructuras de cubiertas curvadas, en las que el espesor es muy pequeño comparado con el ancho y el largo, también denominadas cáscaras o cascarones.
Tanto en las antiguas bóvedas como en las modernas la solicitación predominante en sus elementos es de compresión. Sus tensiones se asemejan a las de un arco, o un conjunto de arcos conformando una superficie.
Los materiales empleados en su construcción pueden ser de piedra, llamados dovelas, ladrillo, acero, hormigón armado, etcétera. Las dovelas pueden ir aparejadas "a hueso", esto es, sin trabazón, aunque lo habitual es que se unan con un material aglomerante o mortero.
En la Historia de la Arquitectura las bóvedas, de ladrillo o piedra, tuvieron un papel preeminente en la edificación que han perdido con la generalización de las técnicas y materiales de construcción modernos: primero el acero y después el hormigón armado han posibilitado edificaciones adinteladas de grandes luces, antes sólo abovedadas.
No obstante, las bóvedas de hormigón armado son utilizadas profusamente en ingeniería civil para construir galerías, túneles, cubiertas de grandes luces y, en general, todas aquellas obras donde los elementos trabajando a flexión resultan desventajosos desde un punto de vista técnico y económico



El Arte Románico
El Real Monasterio de Santo Tomás de estilo gótico se encuentra en la ciudad de Ávila. Su fundación, en 1480, se debió al tesorero de los Reyes Católicos, Hernán Núñez de Arnalte, quien otorgó poder a favor de su esposa, María Dávila, y de fray Tomás de Torquemada para que actuasen en su nombre para la fundación de un convento de dominicos en AVILA.

No se sabe con precisión cuando se inició la construcción de la catedral, habiendo dos teorías, una que defiende que Alvar García comenzó a construirla en el año 1091 sobre los restos de la iglesia de San Salvador, arruinada por los sucesivos ataques musulmanes, y que Alfonso VI de León recaudó el dinero necesario para edificarla.
Otros historiadores otorgan al maestro Fruchel la autoría de la catedral y la fechan en el siglo XII, coincidiendo en la línea temporal de la repoblación castellana llevada a cabo por Raimundo de Borgoña. Se cree que Fruchel construyó la parte más antigua de la catedral y el ábside.

Desde el siglo VIII, una serie de acontecimientos históricos posibilitaron la renovación y expansión de la cultura europea: la subida al trono de Francia de los Capetos, la consolidación y difusión del cristianismo, el inicio de la Reconquista en la Península Ibérica y, fundamentalmente, el nacimiento de las lenguas románicas, son los hitos que marcaron este resurgimiento.
Alrededor del año 1000, una expansión generalizada en los ámbitos económico y cultural propició un importante crecimiento demográfico en las sociedades occidentales, roturándose nuevas tierras y abriéndose antiguas rutas de comercio, que posibilitaran los caminos de peregrinación. Toda Europa se vio invadida por una auténtica fiebre constructiva; se había conseguido formular un arte capaz de representar a toda la cristiandad: el Románico.
El término románico, como concepto que define un estilo artístico, fue utilizado por primera vez en 1820 por Charles de Gerville, considerando con este término todo el arte que se realiza anterior al estilo gótico desde la caída del Imperio romano; y por analogía al término ya conocido de lenguas románicas, el arte románico sucedía al arte antiguo tal y como las lenguas románicas eran las sucesoras del latín.
Posteriormente, la acepción de arte románico se fue restringiendo y pasó a designar el arte desarrollado en Occidente entre los siglos XI y XII, aunque todavía hoy siguen las controversias para determinar con exactitud la amplitud de espacio y tiempo que abarca este estilo.
En la definición de este primer arte europeo, es fundamental la reforma monacal realizada por la orden cluniacense, como resultado de una revisión en profundidad de las comunidades benedictinas. El monasterio de Cluny, fundado en el año 930, se convierte en el gran centro difusor de la reforma, alcanzando rápidamente una gran expansión y consiguiendo que a través de sus monasterios el arte románico se difundiera por todo el mundo cristiano europeo. Antes de que la orden de Cluny capitalizara y extendiera este arte románico, ya se había desarrollado en Italia, en la región de Como, en España y Aragón (especialmente en la provincia de Huesca), se denomina el primer románico. En otros lugares como Cataluña, que recibió mucha influencia italiana, se formaron bases sólidas para el rico desarrollo de la arquitectura románica que seguiría el resto de Europa, incluida España. En el Principado de Cataluña se hicieron los primeros abovedamientos de las iglesias españolas. Algunas características del importante arte románico catalán son:


El atributo pantocrátor («todopoderoso», del griego pantokrátor -átoros, compuesto de pâs pantós —en español: «todo»— y de un derivado de krátos —en español: «fuerza, poder»—)[1] se aplicó a Zeus en la mitología griega. En la cultura cristiana se utiliza para referirse al Dios Padre omnipotente o a Cristo.
En concreto, en el arte bizantino y románico, con el término pantocrátor se designa la imagen con que se representa al Todopoderoso, Padre e Hijo, es decir, Creador y Redentor. La figura, siempre mayestática, muestra a una u otra persona divina en similar actitud: con la mano diestra levantada para impartir la bendición y teniendo en la izquierda los Evangelios o las Sagradas Escrituras. En ocasiones, se representa sólo el busto; otras veces, la figura completa entronizada que, cuando se trata del Padre, sostiene en sus rodillas a Cristo hijo.
Dos son los lugares habituales para exhibir el pantocrátor en las iglesias: al exterior, en los tímpanos de las portadas, esculpido en piedra; o, en el interior, pintado en las bóvedas de horno de los ábsides. En todo caso, se suele enmarcar en un cerco oval conocido como mandorla (del italiano mandorla = almendra) y ocupan el espacio adyacente las cuatro figuras del tetramorfos, es decir, alegorías de los cuatro evangelistas.

El arte gótico es un estilo que se desarrolló en Europa occidental durante los últimos siglos de la Edad Media, desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia, y bien entrado el siglo XVI en los lugares donde el gótico pervivió más tiempo). Se trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente. Según los países y las regiones se desarrolla en momentos cronológicos diversos, ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra, Castilla y Aragón

No se sabe con precisión cuando se inició la construcción de la catedral, habiendo dos teorías, una que defiende que Alvar García comenzó a construirla en el año 1091 sobre los restos de la iglesia de San Salvador, arruinada por los sucesivos ataques musulmanes, y que Alfonso VI de León recaudó el dinero necesario para edificarla.
Otros historiadores otorgan al maestro Fruchel la autoría de la catedral y la fechan en el siglo XII, coincidiendo en la línea temporal de la repoblación castellana llevada a cabo por Raimundo de Borgoña. Se cree que Fruchel construyó la parte más antigua de la catedral y el ábside.

Desde el siglo VIII, una serie de acontecimientos históricos posibilitaron la renovación y expansión de la cultura europea: la subida al trono de Francia de los Capetos, la consolidación y difusión del cristianismo, el inicio de la Reconquista en la Península Ibérica y, fundamentalmente, el nacimiento de las lenguas románicas, son los hitos que marcaron este resurgimiento.
Alrededor del año 1000, una expansión generalizada en los ámbitos económico y cultural propició un importante crecimiento demográfico en las sociedades occidentales, roturándose nuevas tierras y abriéndose antiguas rutas de comercio, que posibilitaran los caminos de peregrinación. Toda Europa se vio invadida por una auténtica fiebre constructiva; se había conseguido formular un arte capaz de representar a toda la cristiandad: el Románico.
El término románico, como concepto que define un estilo artístico, fue utilizado por primera vez en 1820 por Charles de Gerville, considerando con este término todo el arte que se realiza anterior al estilo gótico desde la caída del Imperio romano; y por analogía al término ya conocido de lenguas románicas, el arte románico sucedía al arte antiguo tal y como las lenguas románicas eran las sucesoras del latín.
Posteriormente, la acepción de arte románico se fue restringiendo y pasó a designar el arte desarrollado en Occidente entre los siglos XI y XII, aunque todavía hoy siguen las controversias para determinar con exactitud la amplitud de espacio y tiempo que abarca este estilo.
En la definición de este primer arte europeo, es fundamental la reforma monacal realizada por la orden cluniacense, como resultado de una revisión en profundidad de las comunidades benedictinas. El monasterio de Cluny, fundado en el año 930, se convierte en el gran centro difusor de la reforma, alcanzando rápidamente una gran expansión y consiguiendo que a través de sus monasterios el arte románico se difundiera por todo el mundo cristiano europeo. Antes de que la orden de Cluny capitalizara y extendiera este arte románico, ya se había desarrollado en Italia, en la región de Como, en España y Aragón (especialmente en la provincia de Huesca), se denomina el primer románico. En otros lugares como Cataluña, que recibió mucha influencia italiana, se formaron bases sólidas para el rico desarrollo de la arquitectura románica que seguiría el resto de Europa, incluida España. En el Principado de Cataluña se hicieron los primeros abovedamientos de las iglesias españolas. Algunas características del importante arte románico catalán son:
- Empleo del arco de medio punto
- Piedra escuadrada pero no pulida
- Cabeceras de semitambor adornadas con arquillos y bandas rítmicamente dispuestas
- Los templos se cubren con bóvedas pétreas de cañón y horno
- Las naves son más amplias y elevadas, al menos en comparación con antiguos edificios prerrománicos
- Se emplean los pilares como sustentación
- No hay figuración escultórica


El atributo pantocrátor («todopoderoso», del griego pantokrátor -átoros, compuesto de pâs pantós —en español: «todo»— y de un derivado de krátos —en español: «fuerza, poder»—)[1] se aplicó a Zeus en la mitología griega. En la cultura cristiana se utiliza para referirse al Dios Padre omnipotente o a Cristo.
En concreto, en el arte bizantino y románico, con el término pantocrátor se designa la imagen con que se representa al Todopoderoso, Padre e Hijo, es decir, Creador y Redentor. La figura, siempre mayestática, muestra a una u otra persona divina en similar actitud: con la mano diestra levantada para impartir la bendición y teniendo en la izquierda los Evangelios o las Sagradas Escrituras. En ocasiones, se representa sólo el busto; otras veces, la figura completa entronizada que, cuando se trata del Padre, sostiene en sus rodillas a Cristo hijo.
Dos son los lugares habituales para exhibir el pantocrátor en las iglesias: al exterior, en los tímpanos de las portadas, esculpido en piedra; o, en el interior, pintado en las bóvedas de horno de los ábsides. En todo caso, se suele enmarcar en un cerco oval conocido como mandorla (del italiano mandorla = almendra) y ocupan el espacio adyacente las cuatro figuras del tetramorfos, es decir, alegorías de los cuatro evangelistas.

El arte gótico es un estilo que se desarrolló en Europa occidental durante los últimos siglos de la Edad Media, desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia, y bien entrado el siglo XVI en los lugares donde el gótico pervivió más tiempo). Se trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente. Según los países y las regiones se desarrolla en momentos cronológicos diversos, ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra, Castilla y Aragón
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