
No se sabe con precisión cuando se inició la construcción de la catedral, habiendo dos teorías, una que defiende que Alvar García comenzó a construirla en el año 1091 sobre los restos de la iglesia de San Salvador, arruinada por los sucesivos ataques musulmanes, y que Alfonso VI de León recaudó el dinero necesario para edificarla.
Otros historiadores otorgan al maestro Fruchel la autoría de la catedral y la fechan en el siglo XII, coincidiendo en la línea temporal de la repoblación castellana llevada a cabo por Raimundo de Borgoña. Se cree que Fruchel construyó la parte más antigua de la catedral y el ábside.

Desde el siglo VIII, una serie de acontecimientos históricos posibilitaron la renovación y expansión de la cultura europea: la subida al trono de Francia de los Capetos, la consolidación y difusión del cristianismo, el inicio de la Reconquista en la Península Ibérica y, fundamentalmente, el nacimiento de las lenguas románicas, son los hitos que marcaron este resurgimiento.
Alrededor del año 1000, una expansión generalizada en los ámbitos económico y cultural propició un importante crecimiento demográfico en las sociedades occidentales, roturándose nuevas tierras y abriéndose antiguas rutas de comercio, que posibilitaran los caminos de peregrinación. Toda Europa se vio invadida por una auténtica fiebre constructiva; se había conseguido formular un arte capaz de representar a toda la cristiandad: el Románico.
El término románico, como concepto que define un estilo artístico, fue utilizado por primera vez en 1820 por Charles de Gerville, considerando con este término todo el arte que se realiza anterior al estilo gótico desde la caída del Imperio romano; y por analogía al término ya conocido de lenguas románicas, el arte románico sucedía al arte antiguo tal y como las lenguas románicas eran las sucesoras del latín.
Posteriormente, la acepción de arte románico se fue restringiendo y pasó a designar el arte desarrollado en Occidente entre los siglos XI y XII, aunque todavía hoy siguen las controversias para determinar con exactitud la amplitud de espacio y tiempo que abarca este estilo.
En la definición de este primer arte europeo, es fundamental la reforma monacal realizada por la orden cluniacense, como resultado de una revisión en profundidad de las comunidades benedictinas. El monasterio de Cluny, fundado en el año 930, se convierte en el gran centro difusor de la reforma, alcanzando rápidamente una gran expansión y consiguiendo que a través de sus monasterios el arte románico se difundiera por todo el mundo cristiano europeo. Antes de que la orden de Cluny capitalizara y extendiera este arte románico, ya se había desarrollado en Italia, en la región de Como, en España y Aragón (especialmente en la provincia de Huesca), se denomina el primer románico. En otros lugares como Cataluña, que recibió mucha influencia italiana, se formaron bases sólidas para el rico desarrollo de la arquitectura románica que seguiría el resto de Europa, incluida España. En el Principado de Cataluña se hicieron los primeros abovedamientos de las iglesias españolas. Algunas características del importante arte románico catalán son:
- Empleo del arco de medio punto
- Piedra escuadrada pero no pulida
- Cabeceras de semitambor adornadas con arquillos y bandas rítmicamente dispuestas
- Los templos se cubren con bóvedas pétreas de cañón y horno
- Las naves son más amplias y elevadas, al menos en comparación con antiguos edificios prerrománicos
- Se emplean los pilares como sustentación
- No hay figuración escultórica


El atributo pantocrátor («todopoderoso», del griego pantokrátor -átoros, compuesto de pâs pantós —en español: «todo»— y de un derivado de krátos —en español: «fuerza, poder»—)[1] se aplicó a Zeus en la mitología griega. En la cultura cristiana se utiliza para referirse al Dios Padre omnipotente o a Cristo.
En concreto, en el arte bizantino y románico, con el término pantocrátor se designa la imagen con que se representa al Todopoderoso, Padre e Hijo, es decir, Creador y Redentor. La figura, siempre mayestática, muestra a una u otra persona divina en similar actitud: con la mano diestra levantada para impartir la bendición y teniendo en la izquierda los Evangelios o las Sagradas Escrituras. En ocasiones, se representa sólo el busto; otras veces, la figura completa entronizada que, cuando se trata del Padre, sostiene en sus rodillas a Cristo hijo.
Dos son los lugares habituales para exhibir el pantocrátor en las iglesias: al exterior, en los tímpanos de las portadas, esculpido en piedra; o, en el interior, pintado en las bóvedas de horno de los ábsides. En todo caso, se suele enmarcar en un cerco oval conocido como mandorla (del italiano mandorla = almendra) y ocupan el espacio adyacente las cuatro figuras del tetramorfos, es decir, alegorías de los cuatro evangelistas.

El arte gótico es un estilo que se desarrolló en Europa occidental durante los últimos siglos de la Edad Media, desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia, y bien entrado el siglo XVI en los lugares donde el gótico pervivió más tiempo). Se trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente. Según los países y las regiones se desarrolla en momentos cronológicos diversos, ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra, Castilla y Aragón
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